jueves, 30 de septiembre de 2010
No le creas a la belleza
miércoles, 29 de septiembre de 2010
el hilo negro, lo encontré yo
Mientras el mundo gira y gira y da vueltas sin cansarse, yo me paré para contemplar como nunca el bello paisaje de mis entrañas mal trechas, no observé nada extraño, es natural, según me contaron que una persona sufra y llore, así como también ríe y disfruta. Con lujo de detalles contemplé ese gran secreto de todas las personas amargadas y mezquinas, esa intolerancia a la felicidad es causada por la tragedia que a diario viven y se atormentan en una gota de agua.
Pronto seré acida y sin vida, no podré tolerar a quienes van sagaces y altivos por las calles, no es que los odie, es que odio mi vida y mi manera de afrontar cosas tan pendejas como el amor. Luego esperaré, que si es verdad que existe la reencarnación, vuelva a encontrarme con quienes me hicieron infeliz… para mentarles la madre.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Nunca nos van a callar
No estamos para dejarnos doblegar, siempre luchamos aunque remamos contra la adversidad y por eso pagamos caro el precio de comunicar, guste o no.
Descansen en paz y en pie seguimos todos los que nos dedicamos a transmitir la información sin ponernos de un lado, ni de otro.
Guerreros los que han muerto y que gritaremos por ellos con más fuerza, me uno al luto por los más de 28 mil muertos que han caído desde hace 4 años.
Asesino es todo aquel que calla conciencias.
La noche del domingo que te extrañé...
Recuerdo que eras lo más irreal del mundo, pero para mi eras lo más real que había conocido al amor, no quise aceptar ayer que me rompieron el corazón por simple orgullo, pero hoy al escuchar el crujido supe que las sospechas habían sido ciertas, lo cómico es que nunca lo aceptaste, así como tampoco aceptaste nunca mi cariño, sólo te querías probar a ti mismo cuanto eras capaz de hacer.
Hoy que ha pasado el tiempo, el clima ha cambiado, las horas han transcurrido, las lluvias van y vienen, las nubes viajan hasta el otro extremo del cielo hasta que derraman su contenido, los atardeceres me recuerdan de vez en cuando aquel día en el que te atravesaste con tus lunas y me obligaste a olvidar el cielo rojo de diciembre.
Tus lunas en la capital ganaron, nunca te lo dije, pero sé que lo sabes y lo sigues recordando de vez en cuando. Ignoro que tanto de ti hayas podido darme, cuando recuerdo que todo fue una mentira me dan ganas de hacer muchas estupideces, pero siempre encuentro un motivo que me detiene y luego te vas de mi mente de manera espontánea.
No puedo descifrar si esta sensación del nudo en la garganta, un vacío en el estomago y una opresión en el pecho tengan que ver con la frase “Te extraño”, mis conocimientos científicos me dirían que es absurdo extrañar a alguien que no se conocía. Sin embargo algo me dice que fue suficiente un ojo, un retazo de tu cuerpo y escuchar tu voz todas las noches. Si, después descubrí que antes de llamarme o después de llamarme, les hablabas a ellas, ellas quienes compadezco con toda mi alma.
Ese día que te dije que algún día te tendría frente a mí para “Madrearte”, lo dije con mi corazón en la mano, aún no he podido concretarlo pues aunque no era una promesa, no me puedo quedar así con los brazos cruzados sintiendo lo que siento, sin poder explotarlo. Para los demás tú, eres caso cerrado, una pequeña luz que se apagó gracias a su débil presencia. Eras esa historia incierta, un caso sin remedio que ahora se le ha dado carpetazo, no he vuelto a hablar con nadie del tema, sólo mi almohada, mi soledad, mi cuarto pueden decirte lo contrario, nadie llama para decir “Feita”, nadie manda nada al correo. No se que buscabas en mi, que querías que aprendiera, pero sea lo que sea lo conseguiste. Miré en alguna ocasión tu compañía eterna, pero todo se lo ha llevado el viento. No puedo decir que no me volveré a enamorar, sin embargo creo que con esa intensidad jamás.
He sido tajante, grosera, egoísta, aferrada, intolerante, chantajista, pero muy dentro de mi, puedo asegurar que seré irremplazable para ti, para ti que los años son como cuenta gotas, que las primaveras pronto se te convertirán en otoños solitarios y minúsculas felicidades disfrazadas de tragedia, tenías todo y hoy conoces que no tienes nada, nada que puedas defender como propio, sin pensar en lo material desde luego.
Tienes suerte de que el rayo que sentencie no te dio muerte, se mantiene en mi cerebro, no temas, ahí te asesiné y estas flotando achicharrado en mi inconciente. No tienes vida, eres hombre muerto y pronto enterrado en el sótano de mis tragedias personales. Mientras tú caminas sin prisa, con la misma sonrisa pintada (ya desteñida), tal vez al lado de alguien que no planeaste como la mujer para ti, despiertas con las mismas ojeras cada día te parecen más grandes, tu habitual desayuno precario y de consistencia liquida. Sigues con el desorden en tu cuarto, pensando en maravillas que luego plasmas en letras, imaginas lo bueno que sería si ella estuviera a tu lado, buscas en la gente que te topas su mirada, a veces sientes que la escuchas, pero simplemente son visiones.
Tu lucha es en vano, estás perdido en este mundo de horrores y mentiras, del cual siempre serás buen actor.